Intel ha publicado un informe de seguridad de productos que recoge datos importantes de 2021, y que no se limita a la seguridad de los procesadores en dicho año, sino que también se extiende a las soluciones gráficas de la compañía.
La complejidad de la computación moderna es cada vez mayor, y esto obliga a los grandes del hardware a diseñar productos que son cada vez más potentes, y que ofrecen funciones y características más avanzadas. Esto es necesario para seguir adelante, pero supone desafíos importantes a nivel de seguridad que, en ocasiones, pueden acabar derivando en errores, fallos y vulnerabilidades que hay que resolver a contrarreloj.
Los problemas más recientes, y más graves, de ese tipo fueron Meltdown y Spectre, que dieron un grave mazado al sector CPU hace unos años, y que tuvieron que ser parcheadas de diversas formas para quedar totalmente resueltas. Al final, Intel logró solucionarlas a nivel de silicio en sus nuevas generaciones de procesadores. AMD se vio menos afectada, y también pudo resolver este problema.
En el nuevo informe que ha compartido Intel, la compañía asegura que los procesadores AMD registraron el doble de vulnerabilidades de seguridad que los chips Intel en 2021. Procesadores como el Intel Core i7-12700K solo registraron 16 vulnerabilidades en 2021, mientras que AMD registró 31 vulnerabilidades.
Sin embargo, Intel registró más vulnerabilidades en GPUs, y la suma de vulnerabilidades en CPUs y GPUs es superior a la de AMD.
Si Intel solo ha tenido en cuenta, para hacer esa gráfica, las vulnerabilidades reportadas en 2021 sobre el Core i7-12700K, creo que hay un error importante en la contextualización del estudio, ya que ese procesador llegó al mercado a finales de dicho año, mientras que los Ryzen 5000 llevaban ya disponibles mucho más tiempo. Menos tiempo disponibles, menos posibilidades de reportar vulnerabilidades.