Todos los fabricantes se están subiendo al carro de la DDR5, aunque unos van más avanzados que otros, claro. Los cambios no son menores, sino bastante amplios y el concepto de fabricación y sobre todo de entrega de energía es completamente nuevo. Por ello, las mejoras en velocidad y ancho de banda van a ser cobradas por parte de los fabricantes a precio de oro, al menos eso es lo que se espera según el primer informe de precios.
La DDR4 seguirá vigente, el precio de la memoria DDR5 será prohibitivo
Según TrendForce y su primer análisis de mercado para este nuevo tipo de memoria hablamos de un producto que va a ser objeto de muy pocos bolsillos en este momento. Y es que la compañía estipula que el precio de la DDR5 será, al menos, un 30% más alto que el de la DDR4.
Esto no es que sea una sorpresa en sí misma, puesto que dábamos por sentado que el coste de esta nueva memoria sería más alto de entrada, algo que ya ocurrió con los correspondientes saltos tecnológicos entre DDR1, DDR2, DDR3 y DDR4. No será distinto salvo por la comentada cifra.
La subida de precio es tal que se espera que la débil demanda que pueda producirse no supere a la oferta casi inexistente de módulos cuando Intel Alder Lake aterrice en el mercado. Porque no pensemos que habrá una gran avalancha de módulos y kits disponibles, para nada, hasta el punto de que ninguno de los grandes fabricantes suelta prenda con esto.
Los módulos serán a velocidades «comedidas», donde lo normal es que lleguen a DDR5-4800 y los más avanzados a DDR5-6400, aunque hay noticias sobre algunos más rápidos, los cuales estará por ver si llegan a tiempo al mercado.
Un retraso momentáneo para la industria y sobre todo para los portátiles
La plataforma escogida será sin duda Alder Lake y sus CPU, pero aunque sea la punta de lanza de Intel la realidad es que vistos los precios que tendrán los procesadores es más que probable que las ventas sean escasas. El precio de la DDR5 no va a ayudar, así que podríamos estar ante un desplome de la expansión de esta memoria hasta que los fabricantes no reduzcan su coste.
El sector más afectado será el de los portátiles, porque el coste es inviable para vender unidades con unos precios que están por las nubes gracias a la especulación y mercado de las tarjetas gráficas. Añadir un sobrecoste para mejorar poco el rendimiento no es un plan muy acertado, así que Intel y AMD planean el salto para el 2023, seguramente finales salvo sorpresa en los acontecimientos.
Aunque el mercado vaya a reducir los precios de los módulos según el último informe que vimos, el problema es que dicho informe no contaba con el lanzamiento de DDR5 porque los contratos firmados son en base a los chips con los tamaños adaptados a DDR4. Hay que recordar que con la nueva memoria se han alcanzado densidades de hasta 8 GB por chip, algo inviable ahora mismo.
Por lo tanto, si pensabas dar el salto a las nuevas CPU Intel con DDR5 vas a pagar de más hasta que la industria adopte este nuevo tipo de memoria RAM.